La
reducción de la intensidad energética es un objetivo prioritario
para cualquier economía y con más razón en España
donde la intensidad energética aumenta cada año a un ritmo
elevado.
La eficiencia en el uso del agua
Existe en general un elevado grado de consenso sobre las medidas que
pueden aplicarse para conseguir un
uso eficiente del agua en los regadíos. Las más importantes
son las siguientes:
• Introducción de nuevas tecnologías de riego más
eficientes.
• Creación de Servicios de Asesoramiento al Regante (SAR).
• Formación a los regantes en las nuevas tecnologías
y aspectos ambientales.
• Uso de tarifas binomias (volúmenes-superficies) con penalizaciones
por excesos.
• Colocación de sistemas de control del agua en alta.
• Mejora de las regulaciones internas (en balsas y/o en los propios
canales).
• Mejora de las redes de transporte y distribución.
• Mejora de los sistemas de gestión administrativa en las
Comunidades de Regantes.
• Mejora de los sistemas de explotación de embalses con
evaluación en tiempo real de las necesidades de
agua de los cultivos.
Estas
medidas para mejorar la eficiencia en el uso del
agua son, como puede apreciarse, unas de matiz administrativo y de gestión
y otras de matiz más técnico, y todas ellas, se pueden
implementar en beneficio, finalmente, del ahorro y de la eficiencia
energética si se proyectan y aplican de manera adecuada, tal
y como se explica en los apartados posteriores.
La eficiencia energética
La disminución del consumo energético se considera que
puede realizarse mediante dos aspectos:
a. Por la disminución de consumos de agua como
consecuencia de un mejor conocimiento de las necesidades a través
de los Servicios de Asesoramiento al Regante y por la reestructuración
o modernización con cambio de sistema de riego. Tiene mayor efecto
en los regadíos en los que se considera la posibilidad de un
cambio del sistema de riego (puede pasar la eficiencia de 0,4 hasta
0,75) y los que se encuentran con escaso porcentaje de revestimiento
de sus redes en la actualidad (pueden mejorar la eficiencia de 0,4 a
0,6). No obstante, en el caso de modernizaciones que lleven aparejado
un cambio de sistema de riego el ahorro de agua, si se produce, puede
compensarse con un mayor consumo de energía para los riegos a
presión, ya que requieren de media una potencia instalada del
orden de 2,0 kW por hectárea.
b. Por la correcta adecuación del sistema de bombeo,
tanto en los nuevos regadíos como en la modernización,
en lo referente a los siguientes conceptos:
• Introducción de variadores de frecuencia para funcionamiento
de bombas en régimen variable.
• Mejora de rendimientos en los equipos de impulsión.
• Automatización de los sistemas de mando, maniobra y control.
• Posibilidad de construcción de depósitos operativos,
en casos determinados.
• Diseño de redes optimizadas energéticamente.
• Mejora del factor de potencia.
• Elección de la tarifa más adecuada.
La
mejora de la eficiencia energética de los regadíos que
dependen de aportes externos de energía lleva consigo unas inversiones
que minoran, en principio, los costes de explotación de los agricultores
pero, y sobre todo, tienen un efecto positivo sobre el medio ambiente
en cuanto disminuyen la necesidad de producción energética
La modernización de los regadíos tiene un techo a alcanzar
que se concreta en los cambios hacia sistemas de riego automatizables,
con control de la aplicación del abonado y fitosanitarios, en
unas estructuras productivas mejoradas con procesos de Concentración
Parcelaria. Las consecuencias directas para el agricultor son una mejora
de sus condiciones de trabajo, mayor disponibilidad de tiempo, y una
mejora de sus resultados económicos. La sociedad, en su conjunto,
se beneficiará de la mejora ambiental derivada de la modernización
y, en particular, del ahorro energético que se produce en relación
con los regadíos tradicionales con bombeo.
A pesar de las dificultades, debe tenderse a la realización de
las obras de modernización de los regadíos tradicionales,
preferiblemente con cambio a sistema de riego a presión que,
junto a la asistencia técnica proporcionada por el Servicio de
Asesoramiento al Regante, constituyen los dos elementos básicos
para el manejo eficaz de los recursos hídricos disponibles. El
correcto diseño y empleo posterior de las instalaciones puede
proporcionar una liberación de caudales con fines ambientales,
y en particular puede contribuir a disminuir la sobreexplotación
de acuíferos por el ahorro de agua producido y, en definitiva,
a un ahorro energético por menores necesidades de bombeo.